Los Juegos Olímpicos nacieron en Grecia, en la ciudad de Olímpia, de la cual adoptaron su nombre. Se conocen como los Juegos Olímpicos de la Antigüedad. Cuando Roma conquistó Olimpia los prohibió y durante más de 1500 años no se volvieron a celebrar.
En 1896, en Atenas y gracias al esfuerzo del Barón Pierre de Coubertain, nacieron de nuevo los Juegos Olímpicos, pero esta vez conocidos como los Juegos Olímpicos de la Era Moderna.